Los Sesenta Años del Cuec/Enac
Por Gerardo Lara.
Ingresé al CUEC en el año 1980, después de un intenso examen de admisión, en el que supongo fue determinante mi empedernida cinefilia, para lograr entrar en mi primer intento.
Había visto cine de varias partes del mundo y de diversas épocas, pues desde niño fui un cinéfilo empedernido, durante años llevé listas de todas las películas que veía con sus respectivos directores, tenía mis álbumes de recortes con mi top de actrices y actores y una gran colección de steels de todo tipo de películas.
En la primera fase del examen escrito preguntaban al aspirante cuales eran sus 10 películas favoritas, era un dilema difícil, además de que no esperaba tal pregunta, sería más fácil si preguntasen por cien y no por diez. Improvisé y pensé en 10 películas que me impresionaron al grado que habían sido definitivas para buscar este camino.
Incluí a tres mexicanas El Rebozo de Soledad, (Roberto Gavaldón) Una familia de tantas (Alejandro Galindo), Todo por nada (Alberto Mariscal) y el resto era un cóctel antológico: El Mago de Oz (Víctor Flemming) Que verde era mi valle (John Ford) El juez de la horca (John Huston) El último tango en parís, (Bernardo Bertolucci), Las pasiones de Erika (Ula Stockl) Neurosis de mujer (John Cassavetes), El miedo devora las almas(Rainer Wermer Fassbinder).
Recuerdo en particular la fase de la entrevista personal, en la que cinco o seis “jurados” te hacían preguntas de diferente índole, desde cinematográficas hasta personales. Entre aquellos sinodales que me interrogaban como en un juicio, estaban algunos que después serían mis maestros y que hoy en día son ya eméritos en la ENAC: Jorge Ayala Blanco y Mario Luna, además de Armando Lazo o Juan Mora.
Entre otras cosas, recuerdo que a la pregunta ¿para qué quieres hacer cine? Contesté; no me importan ni los premios, ni la taquilla, ni la crítica, ni las alfombras, ni el glamour, sólo me importa crear algo en donde no hay nada. Sostengo ese principio 43 años después.
Entré a aquel CUEC de la Colonia del Valle a donde se había instalado después de un peregrinaje por varias direcciones desde que se fundó en 1963. En la Colonia del Valle el CUEC lograría su consolidación definitiva como la escuela pionera de la enseñanza cinematográfica en América Latina.
Me tocó una generación muy interesante, versátil, divertida y polémica; María Novaro, Eduardo Moshes, Gregorio Rocha, Víctor M. Navarro. Víctor Ugalde, Silvia Otero, José Antonio Ascencio. Cristian González.
En el CUEC cambió mi perspectiva, pues además de ver cine en abundancia me tocaron cursos intensivos y charlas magistrales con directores como Alejandro Galindo, Jorge Fons, Gonzalo Martínez Ortega, Jaime Humberto Hermosillo.
Algunos de mis maestros marcaron en definitiva mis pensamientos sobre el cine, principalmente Jorge Ayala Blanco, Ariel Zúñiga y sobre todo José Iván Santiago y Daniel Da Silveira.
Aprendí todo de como se hacía el cine, pues a pesar de ser un cinéfilo obsesivo, no tenía ni la menor idea de cómo se “hacía una película”.
Habían terminado los años setenta y se avecinaba un cambio en la educación cinematográfica que había estado dominada durante dos décadas por la concepción de un cine al servicio de la Revolución. Eran nuevos tiempos y estábamos dispuestos a indagar y explorar nuevos caminos.
En el CUEC hice varios cortometrajes y un par de mediometrajes (El Sheik del calvario y Diamante) que tuvieron un buen recorrido en festivales internacionales y nacionales y abrieron varias puertas.
Eran tiempos intensos, de discusiones inacabables, de reventones sin fin, de cinefilia desatada; en medio de un cine mexicano en caída libre que culminaría a principios de los noventa con la debacle del cine nacional y el divorcio con su público.
Muchas cosas han pasado desde entonces, ahora el CUEC es ya una escuela llamada ENAC (Escuela Nacional de Artes Cinematográficas) y tiene su sede en Ciudad Universitaria; ahora soy maestro, pues doy un par de talleres de guion cinematográfico al año.
Celebro los sesenta años del CUEC que es motivo de beneplácito para todos los cuecueros, aunque no nos inviten a los festejos.
¡Salud!
2 comentarios
GUSTAVO MARTINEZ · marzo 30, 2023 a las 6:35 pm
EN QUE CONOCÍ A GERARDO LARA ANTES DE SU INGRESO AL CUEC, TRABAMOS AMISTAD UN GRUPO MUY SUIGENERIS Y DESPREJUICIADO, HABÍA TEATREROS, POETAS, ESCRITORES, PINTORES, MELOMANO Y ALGUNOS NEÓFITO COMO YO, NOS BRINDÓ LA OPORTUNIDAD DE COLABORAR EN SUS PROYECTOS, IMPULSO ACTORES, UNO DE LOS MAS DESTACADO FUE JAVIER ZARAGOZA, LE ACOMPAÑAMOS UN BUEN RATO EN SUS PROYECTOS Y LOCURAS, HOY SIGO SIENDO NEÓFITO DE MUCHAS COSAS, PERO LO MAS APRECIADO ES QUE SEGUIMOS SIENDO AMIGOS
María Isabel Lara Escobedo · marzo 31, 2023 a las 8:48 pm
Difícil resumir la trayectoria de Gerardo, pero se logró!!! Un día me llevó al CUEC de la colonia del Valle. Recuerdo perfecto cuando hizo un collage para los exámenes de admisión, fue una buena desvelada ayudándole a pegar papel. Es un gran cineasta!!!