¡Que viva Jorge Fons!
Por Gerardo Lara
El fallecimiento del gran Jorge Fons ha producido una merecida avalancha de menciones, reconocimientos y alabanzas a su obra cinematográfica, sin duda, una de las más consistentes y brillantes del México contemporáneo.
Sin embargo, poco se menciona su liderazgo en defensa de los derechos de los escritores y directores del cine mexicano. Era un gran combatiente en el sentido más puro de la palabra; por eso jamás se rindió en la búsqueda de un mejor destino para el cine mexicano.
Conocí a Jorge Fons en el año de 1984 cuando fue al CUEC y nos dio un taller intensivo de tres sesiones de realización cinematográfica; fue una experiencia que me ayudó mucho a vislumbrar las diferencias entre el cine industrial y el que hacíamos en el CUEC, por supuesto siendo su alumno, pude conversar con el cineasta, era un gran conversador, además de un lúcido expositor; fue muy emotivo para mí; me temblaban las piernas, ¡estaba ante el director de Los Cachorros, Caridad y Los Albañiles!, tres pelis que amo desde antes de entrar al CUEC.
Volví a ver a Jorge Fons en 1989 cuando era secretario general de la Sección de Autores del STPC y fui a hacerle una consulta sobre un problema que tenía yo con unos productores que me querían robar un guion, como siempre lo hizo, me aconsejó atinadamente
Después lo vi muchas veces, en reuniones sindicales o de nuestra Sociedad de directores de México o en la SOGEM; siempre coherente, consecuente y sobre todas las cosas, solidario y lúcido.
Tengo muy vivo el recuerdo de una asamblea de la Sociedad Mexicana de Directores en el año 2018; en el que Fons rebatió los argumentos de un grupo que quiso reventar la reunión cuestionando la edad de algunos miembros del consejo directivo, Fons les dio una tremenda exposición sobre lo que significa ser una “Sociedad”, sabía ser contundente en sus argumentos, con cierta habilidad sarcástica pero siempre respetuoso, sin agresión alguna, un auténtico tribuno.
La última vez que lo vi y afortunadamente pude saludarlo fue en el homenaje a su amigo Felipe Cazals que le precedió en el camino.
¡Qué viva Jorge Fons!
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