Las Muchas Madres del Cine Mexicano
Por Marisa Antrax.
En el cine mexicano la mujer o es madre o prostituta, afirma Jorge Ayala Blanco en su Aventura del Cine Mexicano, refiriéndose a la gran cantidad de personajes maternos y prostibularios que abarrotaron las pantallas del cine nacional, hasta los años sesentas y que en el caso de “la madre”, ha dado ya una visión contemporánea, sobre todo con la irrupción en cascada de las cineastas en el cine mexicano.
“El corazón de una madre no se equivoca” afirma Sara García en Regalo de Reyes película de 1942 dirigida por Mario del Río. En ella Sara García se consagró como la figura materna por excelencia, en su época dorada el cine mexicano impuso la figura de la madre abnegada y doliente que tuvo como representantes distinguidas a Sara García y Marga López. Dueñas de una abnegación y una pureza sin mácula. Ambas delinean las características de la madre idílica, que “es como un ángel” Sara García a partir de Mi Madrecita (1940, Francisco Elías) y Marga López de Corona de Lágrimas 1968, Alejandro Galindo)
Por ahí se cuelan en la historia algunas madres distintas, recordamos aquí a Stella Inda en Los Olvidados (1950, Luis Buñuel) y a Columba Domínguez en Los Hermanos del Hierro (Ismael Rodríguez 1961)
Hay algunos personajes maternos que son icónicos en el cine nacional; Ninón Sevilla en Víctimas del Pecado (1951, Emilio Fernández) interpreta a una bailarina de cabaret que decide adoptar al hijo de una de sus compañeras, después de que ésta es obligada por su malvado explotador a dejar al recién nacido en la basura.
Día de las madres (1968, Alfredo B. Crevenna), el filme es un tríptico que reunió a Marga López, Sara García (una de las actrices icónicas en el papel de madre en el cine mexicano), José Alonso, Fernando Soler, Jacqueline Andere y Andrés Soler, entre otros, para contar tres historias que ocurren en un mismo edificio el día de las madres. Por un lado, se cuenta la historia de una mamá que quiere regresar a su pueblo cuando se entera de las intenciones de su hijo de volverse torero. Por otro, una enfermera se avergüenza no solo de sus orígenes humildes, sino de su madre. Y, finalmente, una madre soltera que se enamora de un hombre casado.
Hacia finales de los años ochenta comenzó a cambiar la visión purista de la madre en el cine nacional, con el recambio generacional y la paulatina aparición de varias directoras de cine que han ido proponiendo distintas visiones de la mujer y de su capacidad para procrear y ser madre.
Alberto Bojórquez dirigió en 1982 Retrato De Una Mujer Casada. El personaje de Irene interpretado por Alma Muriel, joven estudiante de periodismo y ama de casa, vive con su esposo, Mario (Gonzalo Vega), y sus dos hijos. Esta madre amorosa, sin embargo, ve frustradas sus intenciones de ser autosuficiente al conseguir un trabajo en una librería cuando su marido, machista irredento, empiece a ver mal que ella no sea la mujer sumisa de clase media que él desearía.
En 1985 Felipe Cazals realizó Los Motivos de Luz en la que Patricia Reyes Spíndola interpreta a una madre homicida. En 1989 LOLA de María Novaro hace el retrato de una madre soltera
Ya en el siglo XXI la irrupción de las mujeres en la industria ha significado la propuesta de otras formas de asumir la maternidad, rompiendo con los estereotipos que se arraigaron en la cultura nacional a través del cine mexicano.
Así surgen propuestas como El sueño de Lu 2012, Hari Sama, Club Sándwich (2013) de Fernando Eimbcke. Los Insólitos peces Gato de Claudia Saint Luce. Sin Señas Particulares de Fernanda Valadez o La Civil de Teodora Mihail. En las que se pueden ver personajes de madres fuera de los estereotipos, de “carne y hueso”.
Esperamos que el cine mexicano tenga muchas más madres.
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