José Bolaños
El último romance de Marylin Monroe
Ahora que Netflix vomitó la malograda adaptación cinematográfica de la brillante novela BLONDE, cabe recordar al gran público y sobre todo al mexicano, la relación de Marilyn Monroe con México.
Monroe no era ajena a México; su madre había nacido en Piedras Negras Coahuila por azares del destino; en 1953 la actriz tuvo unas vacaciones con su novio y futuro marido, el ex beisbolista Joe DiMaggio, a las playas de Puerto Peñasco, en Sonora. Ocho años después, regresaría a México para ir a Ciudad Juárez y conseguir un divorcio rápido de Arthur Miller.
Su último viaje a México sucedió en febrero de 1962, cinco meses antes de su muerte. Fue en ese viaje a la ciudad de México en el que la estrella compró los muebles de la casa donde meses después fue encontrada muerta; fue en ese viaje en donde adquirió el suéter de Chiconcuac con el que posó para una de sus últimas sesiones fotográficas. También fue en ese periplo, que conoció y vivió un romance apasionado con el director mexicano José Bolaños, realizador de películas como “La Soldadera” (1966) con Silvia Pinal y una adaptación de Pedro Páramo de Juan Rulfo, con el actor John Gavin, llamado “El hombre de la media luna” (1976).
El romance entre el audaz director mexicano y la rutilante estrella está plenamente documentado y narrado con precisión en el libro El último amante de Marilyn de Xavier Navaza.
Bolaños y Monroe se conocieron en una tienda de muebles y según Navaza esa misma noche cenaron, bailaron y bebieron hasta la madrugada y a partir de ahí “vivieron cuatro semanas volcánicas de vino y rosas”.José acudiría del brazo de Marilyn al último acto público de ella, la gala de los Globos de Oro.
Navaza que, que usa como Fuente al director gallego radicado en México Carlos Velo, describe así a Pepe Bolaños: “atractivo, educado, comunista, insolente y simpático”.
Después de aquella entrega de los globos de oro Bolaños regreso a México, pero siguió en comunicación con la actriz, el día de su muerte, según Navaza, Marilyn, que estaba siendo espiada por el FBI, tuvo una conversación telefónica de una hora con el cineasta mexicano.
Bolaños murió el 1 de junio de 1994 y se llevó a la tumba lo que habló con Marilyn aquel día, no se lo dijo ni al FBI que según Navaza y Velo entrevistó varias veces al mexicano.
La conclusión de Navaza es que “aquel disparatado romance, saturado de alcohol y otras sustancias, instalado en una espiral de locura y autodestrucción, fue una sombría pesadilla que acompañó a Bolaños hasta el final”.
El romance fue muy conocido. Incluso pudo ser recreado en el cine en el 2009 con Scarlett Johansson y Javier Bardem como protagonistas. Según portales de Hollywood, la idea se está retomando ahora, en un proyecto que mezcla los frenéticos meses finales de Marilyn. Esperemos que corra mejor suerte que la malograda BLONDE.
La Sociedad Mexicana de Directores honra la memoria de José Bolaños que tiene el número 088 en la membresía de nuestra Sociedad.
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