Cine Mexicano, esperando la nueva ley
Por Maritza Antrax
El cine mexicano está tomando nuevos alientos, sobre todo a partir de la irrupción de algunas mujeres cineastas como las recientemente galardonadas en la BERLINALE Tatiana Huezo, Lila Avilés, Sofía Auza y también por la afortunada propuesta que resultó un éxito en taquilla, Poderoso Victoria del director Raúl Ramón.
Sin embargo, el grueso de la producción continúa dependiendo de los “subsidios estatales” y la recuperación económica sigue en el limbo, pues la exhibición es dominada por los ominosos monopolios, principalmente Cinemex y Cinépolis.
El cine mexicano está a la espera de la promulgación de una ley cinematográfica que en verdad brinde protección a los que hacen nuestro cine.
En México el Productor que paga las películas, es el que menos porcentaje recibe de cada peso que entra en taquilla, es decir quien produce las películas es el que menos recupera, por ello es rarísimo que en México se llega a recuperar el costo de una película, aunque sea la más taquillera.
Mientras tantas compañías extranjeras vienen a México a filmar con costos baratísimos y con personal mayoritariamente extranjero, sin dejar reales beneficios al país ni a sus trabajadores cinematográficos, entran con visas de turistas y trabajan sin recato, sin que nadie los moleste; literalmente actúan con descaro sin que la Secretaría de Gobernación o alguna autoridad les ponga un alto.
Esperamos que la próxima Ley de Cinematografía en México, que está a punto de publicarse contemple una protección más clara y radical para la producción, la exhibición y los trabajadores que hacen nuestro cine. Sin embargo, sabemos que es algo difícil pues en el TMEC el cine mexicano no quedó establecido como empresa cultural.
La impresión que da la política cinematográfica actual es que simple y llanamente “no hay política cinematográfica”. Las autoridades de cultura consideran que la producción cinematográfica es un asunto sólo de privados y no han dado visos de querer impulsar a nuestro cine como lo que es: un bastión cultural del pueblo de México.
El ESTADO subsidia películas, pero no produce y como carece de una política real en la materia, tales subsidios significan recursos perdidos en el vacío, pues no hay protección ni para la producción, ni para la distribución y menos para su exhibición.
Cuando entró el sexenio actual las autoridades plantearon que impulsarían la obligación de que la exhibición de cine mexicano ocupara por lo menos el 15/% en pantalla, cuestión que está lejos de cumplirse; ¿dirá algo al respecto la nueva ley?
Así vemos que el cine se ha convertido en un asunto de élites, alejado de lo que fue el cine de la “época de oro”, un cine nacional y popular.
La Sociedad Mexicana de Directores Realizadores de Obras Audiovisuales, los sindicatos, las organizaciones de cine independiente y en general el “mundo del cine” permanece a la expectativa y hace votos para que la nueva ley, emanada de nuestros recintos legislativos, ayude al resurgimiento y consolidación de nuestra industria.
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