Arturo de Córdova
49 aniversario luctuoso
El 3 de noviembre de 1973 murió Arturo de Córdova, actor/icono de la época de oro del cine mexicano que también filmó en Hollywood al lado de actrices y actores como Ingrid Bergman y Gary Cooper.
Arturo García Rodríguez nació en Mérida Yucatán en 1908 y su infancia y adolescencia transcurrieron entre Argentina, Estados Unidos, Mérida y Suiza a donde lo enviaron a estudiar sus padres. Fue periodista y locutor en su natal Mérida y fue su voz aterciopelada la que comenzó a llamar la atención de los productores cinematográficos.
Su primer papel lo hizo con el cineasta ruso radicado en México Arcady Boytler en la película “Celos” en el año de 1935, iniciando así una carrera que lo convertiría en el icónico galán de la época de oro del cine nacional.
Trabajo bajo la dirección de los más destacados realizadores participando en varias cintas clásicas y emblemáticas de la historia del cine mexicano, entre sus títulos más célebres están “El rebozo de soledad” “La diosa arrodillada”, “Las tres perfectas casadas” de Roberto Gavaldón, “Mi esposa y la otra” de Alfredo B Crevenna, “Él”de Luis Buñuel y “El esqueleto de la señora morales”de Rogelio González o “Media noche” de Tito Davison.
Además de filmar en México también lo hizo en otros países de América y en España. Entre 1943 y 1947 participó en varias películas en Hollywood, interpretando el típico papel de galán latino siendo su película más destacada “Por quién doblan las campanas” (For whom the bell tolls, 1943), al lado de Gary Cooper e Ingrid Bergman. Otras fueron Rehenes (Hostages) (1943); La rubia incendiaria (Incendiary blonde) (1943), Donde nacen los pobres (A medal for Benny) (1944), New Orleans (Nueva Orleans) (1947) y El pirata y la dama (1944) junto a Joan Fontaine. Sin duda todas grandes estrellas del cine norteamericano.
A finales de esa década filmó exitosas películas en Argentina como ser: Dios se lo pague (1948) junto a Zully Moreno, y que fue la primera película argentina elegida por la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Hollywood para optar por una distinción como mejor película extranjera en los Premios Óscar.
El actor acuñó una frase que se encargaba de incluir en algún dialogo de todas sus películas “no tiene la menor importancia”.
La Sociedad Mexicana de Directores saluda la memoria de un gran icono de nuestro cine.
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