Arde Cineteca Arde.
Por Gerardo Lara
El 24 de marzo de 1982 asistí a la Cineteca Nacional ubicada en Churubusco, en donde hoy se sitúa el Centro Nacional de Las Artes. En esa época yo acudía todos los días al recinto que los cinéfilos ya habíamos sacralizado, apenas a 8 años de su fundación.
Las salas Fernando de Fuentes y el Salón Rojo exhibían cine de diversas latitudes y ofrecían ciclos y muestras que eran oro puro para los amantes del cine; aquel día se anunciaba en la Fernando de Fuentes LA TIERRA DE LA GRAN PROMESA de Andre Wadja y en el salón Rojo, YEGUA DE FUERZA, de Joyce Buñuel. En compañía de una amiga aficionada al cine compré boletos para el salón Rojo.
Estábamos en espera de la hora señalada para el comienzo de nuestra función, mientras la exhibición en la Fernando de Fuentes ya había comenzado; de pronto se escucho un anuncio en el sonido local del recinto; nos llamaban a formar nos en la taquilla para devolvernos el dinero de nuestras entradas pues la función estaba suspendida.
Así lo hicimos, nos formamos en la taquilla para la devolución de nuestro dinero; pasaron algunos minutos cuando se escucho una poderosa explosión y varios de los que hacíamos fila caímos al piso, incluyendo a mi amiga, mientras decenas de gentes salían despavoridas de la Fernando de Fuentes.
Le dije a mi amiga que fuéramos al CCC (Centro de Capacitación Cinematográfica, a buscar a un amigo, el CCC estaba a unos metros de la Cineteca. Llegamos al centro escolar cuando una segunda explosión volvió a tumbarnos e hizo estallar cristales de los automóviles apostados en el estacionamiento y de la puerta de cristal del CCC. No cabía duda, algo importante y catastrófico restaba sucediendo.
Esos rumbos de la ciudad se convirtieron en un caos, con mi amiga emprendimos un viaje a pie que duro más de tres horas en salir del barullo; entre sirenas, ambulancias, helicópteros y aunque no había redes sociales, poco a poco; las noticias llegaron a nuestros oídos ¡se había incendiado la Cineteca Nacional!
Han pasado 40 años y nunca ha sido realmente evaluada la perdida de materiales y de vidas en aquella catástrofe, ni han quedado plenamente aclaradas sus causas, aunque es evidente que la negligencia fue el motor de los acontecimientos.
La Cineteca Nacional renació de sus cenizas y por fortuna la Institución ha logrado 40 años después de los acontecimientos, fortalecerse como el referente de la cinefilia y el amor al Cine.
¡Felicidades por su 48 aniversario!
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