La Carta Oportunista
Por:
Gerardo Lara
“Salvar al cine mexicano es asistir a la soberanía del país”.
Tal es la frase rimbombante, pretenciosa y sin sentido alguno con que titulan su carta un grupo de “guerreros salvadores” del cine mexicano que escribieron a la presidenta Sheinbaum y a las principales autoridades cinematográficas y culturales del país. Llamando a la reactivación de la Industria cinematográfica Nacional y a salvar al cine mexicano.
La frase retrata de manera clara el nivel de pedantería y oportunismo de los “abajo firmantes”, esencialmente de quienes encabezan la carta, cuyo objetivo real es montarse en el proceso de transformación que vive el país, con la finalidad de preservar los privilegios que han ostentado en la semi/industria cinematográfica nacional desde los años ochenta del siglo pasado.
Los “cabecillas” han sido parte privilegiada de los dineros del Estado para la producción cinematográfica, han ocupado puestos de decisión en los gobiernos del neoliberalismo “prianista” y han recibido múltiples reconocimientos, sin embargo, no impidieron la debacle de la industria, no pusieron las tablas de salvación para el cine mexicano.
Veamos que proponen para salvar al cine mexicano.
“Generar un auténtico circuito de distribución del cine mexicano”.
Esto es una perogrullada, Utópica idea, ¿con qué salas? y con qué películas?
¡Educar a nuestras infancias para que no consuman productos chatarra hollywoodenses!
¿por quécambiarían la chatarra hollywoodense por chatarra mexicana?
Hablan de introducir reformas a la ley cinematográfica para adecuarla a la realidad mundial, sin embargo, la ley cinematográfica ha sido y es letra muerta, pues nadie cumple con el porcentaje de exhibición para el cine mexicano asentado en la ley; habría que obligar al monopolio de la exhibición a programar cine mexicano.
Lo abajo firmantes plantean apoyar la confección y escritura de guiones cinematográficos; cosa que el IMCINE ha venido haciendo desde hace más de 30 años durante los cuales ha llegado a su pináculo la producción chatarra del cine mexicano.
Selección rigurosa de los proyectos de las distintas convocatorias del IMCINE, para que cuenten con un perfil adecuado.
Aquí si es para botarse de la risa pues cabría preguntarse ¿Cuáles son los perfiles adecuados? ¿cómo hacer una selección rigurosa?; si el IMCINE ha convertido a los directores y a los guionistas en “hacedores de carpetas” y lo que menos cuenta en sus decisiones es el guion. Habría que revisar los proyectos aprobados durante las administraciones de los abajo firmantes y encontraremos varias sorpresas.
El régimen de la 4 T no tiene un plan para reactivar la industria cinematográfica Nacional, porque en el fondo consideran al cine un “asunto privado”; la postura del Estado mexicano ante el que hacer cinematográfico es hacer un cine para festivales, casi antropológico que pondera las diversidades del momento, para quienes no somos afrodescendientes, de comunidades indígenas o mujeres feministas o miembros declarados de la diversidad sexual, se ha vuelto imposible la convocatoria de los apoyos a la producción.
La carta oportunista no plantea nada nuevo, ninguna propuesta que no haya sido lanzada ya, dice que hay que llevar el cine mexicano a las comunidades más apartadas con funciones gratuitas; mecanismo que se ha intentado al infinitum y que resulta cada vez más caduco en la era del internet, la digitalización de la exhibición y la aparición de las plataformas. El mundo ha cambiado, hasta en comunidades apartadas ven lo que quieren ver, ¿querrán ver cine mexicano?
En el fondo, los organizadores del desafortunado texto, están diciendo “Nosotros somos los salvadores del cine mexicano”.
Hace 40 años que el cine mexicano abandono su carácter nacional y popular dejó de ser un producto cultural, para convertirse en mercancía y chatarra desechable, por ello en el TMC está en el lugar que le corresponde.
Imposible salvar lo insalvable.
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