El Bulto Restaurado.
A dos años del fallecimiento del director mexicano Gabriel Retes, la Cineteca Nacional ha llevado a acabo el proceso de restauración de la película EL BULTO en 35 mm, en un proceso que abarcó varias etapas hasta lograr una definición de proyección casi perfecta.
El filme sufre daños físicos y químicos con el paso del tiempo, la proyección de las películas pierde calidad, definición, luminosidad y sus procesos de digitalización se ven afectados, por lo que es necesario implementar lo que se conoce como rescate del material, haciendo arqueología cinematográfica.
EL BULTO se filmó en el año 1991 por lo que después de más de treinta años había sufrido daños que afectaban su proyección; La Cineteca Nacional en su laboratorio/taller de restauración, ha dejado impecable la película para su exhibición, transmisión o transferencia en cualquier medio.
El BULTOI es la película más valorada por la critica en la filmografía de Gabriel Retes, que entre otras obras nos legó. BIENVENIDO WELCOME, CIUDAD AL DESNUDO o LA REVOLUCIÓN Y LOS ARTISTAS.
La película que es todo un clásico moderno del cine nacional, cuenta con la participación estelar de Héctor Bonilla, actor histórico del cine nacional que se enlutó recientemente con su fallecimiento.
El proceso de rescate de una película implica hacer un nuevo negativo, escanear y hacer restauración digital porque, con el tiempo, las características de la película cambian: es inestable, se mueve mucho. Las películas comienzan a deformarse o se contraen, por lo tanto hay que darle estabilidad y regresarle los tonos correctos.
El mejor soporte para conservar una cinta es la película de poliéster (16mm, 35 mm o 9.5 mm) porque es un soporte seguro que puede preservarse hasta por 300 años, a diferencia de una copia digital que, si no se migra a datos constantemente, se puede perder.
Como parte del proceso de restauración de grandes obras del cine mexicano, La Cineteca Nacional y la Filmoteca de la UNAM cuentan con talleres especializados. Que se encargan de dejar las películas “como nuevas”.
En el taller se rehabilitan y restauran los negativos o positivos de los filmes, pues hay materiales que llegan con el llamado síndrome del vinagre, que es como se le conoce a la descomposición natural con el paso del tiempo de la película de acetato, y que por su acidez huele a vinagre.
El daño causado por este síndrome se mide con una tirita de pH que ayuda a determinar el grado de acidez, posteriormente se “vacuna” la película con ayuda de desecantes y se sella en una lata para que, en un lapso de aproximadamente dos meses, se vuelva a revisar para ver cuánto se compuso el material. En caso de que la película no se haya recuperado completamente, se hace una restauración fotoquímica (de imagen) cuadro por cuadro y de forma manual.
El cine es parte imprescindible de la cultura Nacional, por lo que la labor de su conservación y restauración es muy importante, además de que significa la oportunidad para nuevos públicos de ver buen cine mexicano.
La Sociedad Mexicana de Directores Realizadores se congratula por la gran labor de rescate de nuestro cine y saluda a los restauradores que hacen un trabajo especializado, riguroso y laborioso; Bienvenida la restauración de EL BULTO.
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